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TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

  • Foto del escritor: Lic. Olga Córdoba
    Lic. Olga Córdoba
  • 8 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (ADHD) es una alteración de la conducta que afecta el campo de la atención, el control de los impulsos y la actividad. Actualmente el Manual de Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales DSM V utiliza la denominación “Trastorno por déficit de atención e hiperactividad” (TDAH).



Establece también la siguiente clasificación:

  • Presentación combinada.

  • Presentación predominante con falta de atención.

  • Presentación predominante hiperactiva/impulsiva.


Las que a su vez pueden ser Leves, moderadas o severas.


Se define como un trastorno de origen neurobiológico que afecta la interacción de la persona con el medioambiente.


Neurobiológico porque es una alteración neuroquímica de las vías de la dopamina y serotonina en los lóbulos pre-frontales y ganglios basales del cerebro. Las alteraciones que produce afectan el procesamiento de la información ya que los filtros que a diario nos permiten diferenciar los estímulos importantes de los irrelevantes se vuelven débiles e incapaces.


Según Russell A. Barkley afecta principalmente cuatro funciones neuropsicológicas ejecutivas:

  • La memoria de trabajo.

  • La regulación de la motivación y del afecto.

  • La internalización del lenguaje.

  • Los procesos de análisis y síntesis.

El diagnóstico de este Síndrome requiere el cumplimiento de los criterios del DSM-IV y para determinar esto se debe obtener información tanto del niño (observación), de ambos padres y de los docentes.


Es importante saber que para ser valorado como tal las conductas deben comenzar antes de los 12 años, ya no antes de los 7 años, y deben permanecer por al menos 6 meses y darse en diferentes ámbitos: familiar, escuela, deportivo, recreativos, etc.


Debe haber una dificultad para realizar sus actividades conforme a las normas generales, se debe descartar compromiso de funciones sensoriales (audición, visión) y tener en cuenta que los signos del trastorno pueden ser mínimos o estar ausentes cuando el individuo recibe recompensas frecuentes por comportamientos apropiados, está bajo supervisión o ante actividades especialmente interesantes.


Suelen observarse los siguientes síntomas:

  • Inatención (dificultad de concentración).

  • Hiperactividad (desorganización y excesivo nivel de actividad).

  • Comportamiento impulsivo.


Con respecto a la inatención:

  • Poseen atención difusa o dispersa a detalles que lo llevan a cometer errores, tener descuidos u olvidos significativos. La queja permanente es que son desordenados, que pierden cotidianamente cosas, útiles escolares, etc. y es baja su capacidad para controlar el tiempo (en adultos llegan siempre tarde o pasan mucho tiempo bañándose y creen que hace poquito ingresaron a la ducha)

  • Les es difícil mantener una actividad que implica exigencia cognitiva, pero también en las lúdicas. En general evita hacer este tipo de actividades ya que le generan enojo, frustración y rechazo.

  • Parece no escuchar cuando se le habla. Es típico escuchar decir de ellos “esta siempre n su mundo, es distraído/a, parece que no escucha”.

  • Tiene dificultades para seguir instrucciones, aceptar límites, respetar normas.

  • No finaliza las tareas en general ( tanto escolares, como de otro tipo, deja todo a medias) Aquí es importante saber que no se debe a conductas negativistas o a la incapacidad de escuchar o entender instrucciones.

  • Se olvida de los encargos u obligaciones, quedando como personas irresponsable.

  • Tiene dificultades para organizar tareas y actividades.

  • Si también posee hiperactividad se observan las siguientes conductas:

  • Se mueve en exceso o mueve manos o pies permanentemente. Requiere de cierta descarga motriz. Esto hace que haya poco control para respetar quedarse sentado en el aula, el cine u otros lugares que lo requieren.

  • Corre o salta excesivamente, en situaciones en que es inapropiado hacerlo.

  • Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.

  • Si hay comportamiento impulsivo también se ve que:

  • Habla en exceso.

  • Se apura a responder antes de haber sido completadas la pregunta.

  • Tiene dificultades para guardar turno.

  • Interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros.

  • Puede aparecer como agresivo ya que responde sin pensar a cualquier cosa que le moleste.

¿Querés saber sobre el tratamiento de este déficit?, te dejo el link para que continues leyendo https://licolgacordoba.wixsite.com/blog/post/tratamientos-para-el-tdah


-Lic. Olga Córdoba

 
 
 

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